índice no. 45
José Roca
Reflexiones críticas desde Colombia

Comentario a Columna 45 10 de septiembre de 2002
Olga Isabel Acosta: Documenta11
Artista colombiana radicada en Alemania

El próximo domingo 15 de septiembre terminará en la ciudad alemana de Kassel la quinta y última plataforma de la Documenta número 11, un evento que desde su origen en 1955 ha generado las más grandes expectativas, comentarios y críticas en el panorama del arte contemporáneo. La Documenta dirigida por Okwui Enwezor no ha sido la excepción, tras su cierre continuarán las reflexiones y críticas que durante su celebración fueron puestas sobre la mesa. Con su culminación la pequeña ciudad de Kassel igualmente retornará a su vida tranquila y sosegada hasta la próxima celebración de Documenta que conduzca multitud de turistas a visitar las exposiciones y de paso la ciudad.

Al comienzo fue la palabra

Al comienzo de Documenta 11 fue la palabra. Así ha sido reconocido el inicio de la primera Documenta del milenio, en la cual a través de la celebración de las cuatro Plataformas que precedieron a la exposición en Kassel, se buscó establecer discusiones sobre las condiciones políticas, sociales y urbanas bajo las cuales hoy se da origen a aquello que llamamos arte. Estos foros de reflexión y discusión encontraron su culminación y conclusión en la exposición en Kassel donde obras de 120 artistas de los cinco continentes han estado reunidas durante más de tres meses (8 junio-15 septiembre). La creación de espacios de discusión como parte del proceso de Documenta obedecen al objetivo buscado por Okwui Enwezor y su grupo de colaboradores: mostrar el arte como creador de conocimiento y así mismo como un medio para acceder al él, un conocimiento vinculado más al diálogo con sistemas políticos y sociales que con el mismo sistema del arte.

Bajo estas premisas al recorrer las salas y espacios de Documenta nos encontramos diversidad de recuerdos personales y colectivos, como si la consigna "no olvidar y crear conciencia" quisiera estar presente en el espectador. Eyal Sivan (Israel) rememora el Genocidio en Ruanda a través de una película de 35 mm; Doris Salcedo (Colombia) revive con dos instalaciones los nefastos acontecimientos vividos en el Palacio de Justicia en 1985; Touhami Ennadre (Marruecos) registró con sus fotografías en blanco y negro el duelo vivido tras los sucesos 11 de Septiembre del 2001 y Ryuji Miyamoto (Japón) igualmente con fotos blanco y negro recuerda el terremoto en el Japón del 17 de Enero de 1995.

Así mismo los recuerdos se confunden y se convierten en Historia e historias que los artistas de Documenta cuentan. Lorna Simpson (EE.UU.) muestra como transcurre un mes en su vida a través de las imágenes de 31 monitores que están dispuestos como en una hoja de calendario; Pascale Marthine Tayou (Camerún) guarda dentro de una casa construida en madera un trozo de la vida diaria en Camerún que se muestra al público a través de monitores, sonidos y cables colgados que atraviesan las paredes de la casa. También encontramos historias que se transforman en denuncias como el trabajo fotográfico de David Goldblatt (Sudáfrica) quien a través de sus fotos de edificios y paisajes urbanos muestra las desigualdades sociales y los abusos del poder en una ciudad como Johannesburgo. A través del Grupo Atlas (Líbano) la historia se convierte en documento y reconstrucción de los sucesos vividos en los últimos años en el Líbano.

Documenta está igualmente poblada de utopías y mundos posibles que los artistas recrean. Carlos Garaicoa (Cuba) crea con maquetas, fotografías y dibujos nuevos lugares que se confunden entre lo irreal y la crítica sarcástica e irónica de la Cuba actual. Bodys Isek Kingelez (República Democrática del Congo) construye con balso, papel, cartón y tinta un lugar irreal, la nueva ciudad de Manhattan del año 3021. El Grupo Huit facettes (Senegal) presenta a través de workshops, fotografías, proyección de videos y diapositivas su trabajo con la comunidad en Senegal, el cual muestra el arte como un medio capaz de crear formas de vida convirtiéndose en la solución creativa a problemas económicos y de la vida diaria.

El mundo reunido en Documenta 11

Al hablar de Documenta 11 se hace necesario mencionar el gran tema que subyace en el fondo: la globalización. Con la celebración de este evento se ha buscado ampliar el círculo geográfico que hasta ahora había sido dominado por Europa y Estados Unidos en las anteriores Documentas. En este sentido Documenta es realmente una "muestra" de qué está ocurriendo en el mundo del arte contemporáneo y como tal se ha conjeturado que marcará un nuevo rumbo en las artes contemporáneas. Manfred Schneckenburger -curador de Documenta 6 en 1977 y de Documenta 8 en 1987- lo ha expresado de la siguiente manera: "Digámoslo abiertamente: Todos los esfuerzos hasta ahora hechos de aislar el arte de los paises postcoloniales en círculos encantados, lo han acercado tan sólo a Museos contemporáneos de etnografía. Con Documenta 11 existe la posibilidad de cambiar está situación. Esperamos ansiosos lo que ocurrirá en los años por venir".

La inclusión de artistas de los cinco continentes representa uno de los éxitos de Documenta, con esto no me refiero a la calidad de sus creaciones sino de la inclusión de obras de todo el mundo sin estar catalogadas bajo criterios nacionalistas o continentales sino realmente globales. En Documenta 11 no hay tal como un arte latinoamericano, africano o europeo, los 120 artistas de todo el mundo que se han dado cita en Kassel comparten un escenario común de la misma manera que en ciudades como París o Nueva York habitantes de los cinco continentes comparten el metro o caminan por las calles. Es por esto que quejas alrededor de la ausencia de ciertos paises en la muestra o la manera en que otros están representados carecen en este caso de sentido.

Por otro lado la inclusión de continentes como Africa en la muestra de Documenta ha creado en la crítica alemana desilusiones, porque con ella se esperaba asistir a la aparición de grandes novedades. Esta desilusión obedece más a una idea aún colonialista que Europa y Estados Unidos tienen de los países africanos, latinoamericanos y asiáticos. El punto es que ser latinoamericano, asiático o africano no es una condición para crear propuestas artísticas innovadoras, aún menos en un mundo mestizo como el de hoy donde los cinco continentes se mezclan a diario a través de los medios y del mercado. El mundo de las artes en las llamadas "Periferias" no es tan diferente como se piensa en el "Centro", porque los artistas de Africa, Asia y América Latina han tenido como principales referentes a Europa y Estados Unidos. Es por esto que el juicio de novedad en las artes no debería seguirse estableciendo desde un punto de vista nacionalista, porque no existe hoy en día algo tal como un arte contemporáneo latinoamericano o africano y aún menos en un evento como la actual Documenta que pretende reunir al mundo a través del arte.Por otro lado la crítica también ha expresado su descontento porque a pesar de encontrarse en Documenta artistas de nacionalidades diversas, se han escogido en su mayoría aquellos que viven en los centros del arte europeo y américano. ¿Desde cuándo es eso un problema? El mundo del arte, aquel de los museos, galerías y grandes exposiciones tiene su centro principalmente en Europa y Estados Unidos y todo aquel que quiere hacer parte de éste escenario busca acercarse a él, es así como el sueño de casi todo artista de las llamadas "Periferias" y que ha sido formado bajo la influencia occidental, es viajar a alguno de estos centros artísticos para intentar visitar exposiciones e igualmente tratar de mostrar su trabajo.

El hacer de Documenta un evento realmente de carácter mundial que no esta basado en criterios nacionalistas y continentales, crea interesantes preguntas y problemas. Si bien hace tiempo las grandes exposiciones han dejado de ser el lugar de los descubrimientos y de las sorpresas, entonces la novedad ha dejado de ser un criterio de juicio que determine que obra y que artista debe participar en un evento, según esto bajo qué referentes se juzgan las obras de arte. La propuesta de D11 cuestiona igualmente entidades y disciplinas que estan detrás de un evento de esta envergadura, me refiero aquí en particular a la Historia del Arte, que se presenta como una influencia determinante sobre las producciones artísticas de todos los tiempos. A pesar de ello su estudio e investigación más que en otras disciplinas de las ciencias humanas sigue estando dominada por criterios nacionalistas y continentales, es por esto que vale la pena preguntarse y replantear la historia e historias que deben preceder a un arte de carácter mundial.

El parque de diversiones

Pero Documenta también deja confusos sinsabores, la razón es que visitarla se asemeja a estar en un gran parque de diversiones, donde los visitantes quieren participar de todos los juegos posibles, pero a diferencia de una montaña rusa muy pocos saben cómo participar de la diversión. Las caras de los espectadores delatan expresiones y preguntas como ¿qué hacer? ¿cómo mirar? ¿qué pensar? ¿qué decir?. A veces se crean inesperadas e interminables filas para entrar a una sala, ¿la razón? Nadie la conoce realmente, sólo se supone que donde se crean multitudes algo bueno puede estar ocurriendo. De la misma manera los audaces son los mejores guías de Documenta, cuando algún espectador osado toca, huele o lee una obra rápidamente se crea una fila tras él de aquellos que inmediatamente han adquirido el coraje y el permiso para hacer lo mismo. Pero es injusto pensar que ésta es una situación única en Documenta ella se repite en cada exposición de arte contemporáneo.

No es difícil suponer que las obras que se encuentran en la muestra ejercen una mínima influencia en los espectadores. No es sólo debido a la trivialización y banalización de algunas, sino también de la muestra en general que se termina convirtiendo tan sólo en una más de las distracciones del verano. A diferencia de otras exposiciones como Au-delà du spectacle, celebrada en el Centro Pompidou en Paris a finales del año 2000, donde la diversión del espectador era un tema central de la muestra, en Documenta parece ser una consecuencia no planeada. Tal vez es un testimonio más del eterno retorno en la relación arte-espectador, que debido a condiciones diferentes de cada época termina convirtiéndose en algo hermético al que sólo un pequeño grupo puede tener acceso. Así como en la Edad Media o en los períodos coloniales en América cuando las pinturas o esculturas ubicadas en los templos eran entendidas tan sólo por un limitado grupo de religiosos o de eruditos, una situación similar ocurre con el arte contemporáneo.

No nos digamos mentiras el Arte -aquel de las exposiciones- nunca ha sido del dominio de multitudes y a pesar de que hoy en día su acceso esta al alcance de todos no se convierte en un medio a través del cual todos adquirimos conocimiento. El cumplimiento del papel pedagógico del arte es un proceso complejo que no depende solamente de que los medios esten al alcance de todos, depende también de despertar un interés común. Y es allí donde pienso que Documenta ha fracazado porque muy pocas obras han alcanzado a despertar ese interés. Aquí no hablo de la atención despertada en la crítica, sino en los espectadores en general, aquí vale la pena preguntarse, qué tanto le importa a un evento de la envergadura de Documenta despertar un interés común en las multitudes que la han visitado.

Tras de la distracción que un evento como Documenta 11 ofrece a sus espectadores se encuentra la gran industria en la que se ha convertido y que lanza al público cada cinco años su nuevo producto. Es así como D11 se ha presentado en Alemania como una de las distracciones más llamativas de este verano, afiches del evento empapelan el país, promociones de las agencias de viajes y de la DB (Trenes Alemanes) para visitar el evento, programas de televisión, revistas y catálogos. La publicidad y promoción han encontrado nuevamente eco en un país como Alemania que posee una de las sociedades más ricas y de más alto consumo del mundo moderno, gracias a ello el evento ha sido un éxito y miles de visitantes han recorrido hasta hoy las salas de Documenta.

Desde su origen (1955) Documenta se convirtió en un motor importante en la recuperación de la ciudad de Kassel que había sido destruida en un 80% durante la segunda guerra mundial y ha sido en buena parte participe de su crecimiento económico posterior. Kassel no se presenta como una ciudad turística en Alemania, como Berlín o hasta la misma Münster (donde se celebra el Projecto escultórico cada 10 años), sino que se transforma en un centro turístico cada 5 años a través de Documenta. Es así como asistir a las diferentes salas de la exposición, es también recorrer y conocer la ciudad de Kassel, que ofrece líneas de Buses especiales que transitan por los puntos de interés. Documenta se convierte también cada cinco años en una importante fuente de trabajo para la ciudad, tanto durante los tres meses de su celebración como en el tiempo de su preparación. En el transcurso del evento, los hoteles, restaurantes y bares estan colmados de turistas provenientes de diferentes puntos de Alemania, Europa y el mundo, que después de largas caminatas visitando Documenta consumen y consumen.
  Columna 45 - comentarios

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©  Texto: Olga Isabel Acosta; Columna de Arena: José Roca

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