índice no. 30
José Roca
Reflexiones críticas desde Colombia

12 de septiembre de 2000

Esta noche (12 de septiembre) se inaugura en la Alianza Francesa, sede Norte, la exposición del proyecto »Bonito« de Andrés Fresneda, que incluye la presentación de un libro, resultado del proceso (Beca Colcultura 1996). A continuación, el texto que acompaña la muestra.

José Roca


Bonito: Andrés Fresneda

Partiendo de la pregunta más básica, »¿qué es arte?«, Andrés Fresneda se ha interrogado sobre la naturaleza de aquellos objetos que denominamos con ese término impreciso. A esa pregunta seguirían otras: »¿para quien?«; »¿en dónde?«.

El artista francés Daniel Buren, en una frase citada a menudo, anotaba que colocar una obra de arte en una panadería no convertiría, evidentemente, la obra de arte en un pan; por el contrario, colocar un pan en un museo sí convierte el pan en una obra de arte, por lo menos durante el tiempo que dura la exposición. El contexto es definitorio para la apreciación de un objeto dado: no es lo mismo un paisaje en un Museo que en un restaurante, pues la acción validatoria de la Institución confiere a la obra un »aura« de valor (económico y artístico), de originalidad e importancia, mientras que la localización de la misma obra en un contexto sin mucha carga cultural (en el sentido de cultura »alta«), reduce su valor a la mera decoración.

Fresneda ha invertido el postulado: si el contexto determina la obra (el orinal de Duchamp asumido como obra artística por su inclusión en una galería), ¿qué sucede si la obra se adecúa al contexto? Dicho de otro modo, ¿qué aspecto debería tener una obra en un espacio dado? ¿Nos sorprendería encontrar una obra abstracta en una pescadería? ¿Debería la obra de arte tener alguna relación con su contexto de exhibición? ¿Cuál es la función del arte? Todas estas preguntas lo llevaron al desarrollo del proyecto »Bonito« (beca Colcultura 1996), que consistió en realizar una serie de pinturas de acuerdo con las particularidades de los sitios en las cuales serían exhibidas (la casa de un artista, un consultorio veterinario, una pescadería, una biblioteca privada, un espacio alternativo, un salón de billar).

Con el proyecto »Bonito«, Fresneda logra arrojar algunas luces sobre el problema contextual desde una posición empática, en la que el objeto artístico se funde con el espacio anfitrión: »quisiera que la obra sea un elemento más del espacio«. »Bonito« es un adjetivo común, que denota un gusto medio, sin pasiones: no es espectacular, no es bello, ni siquiera »lindo«. Bonito ha devenido también una expresión de los jóvenes en Colombia, que han adoptado ciertas palabras »cursis« como parte de su slang cotidiano.

Las reglas planteadas por cada tipo de espacio son diferentes: en algunos casos la obra pintada por Fresneda recurre a la iconografía que sugiere el lugar por mera asociación (el barco en la pescadería, el mono en el consultorio veterinario); en otras ocasiones, la imagen responde a una suerte de mimesis con las implicaciones culturales del espacio: en la biblioteca de un intelectual (en sí misma una imagen cliché), aparece una obra con todos los tropos formales del expresionismo abstracto de los años setenta, que correspondería al momento histórico al que remite la imagen del espacio. La disposición misma de la obra, colocada al descuido sobre la biblioteca que cubre literalmente toda la superficie del muro, es un comentario sobre el propietario y usuario de este espacio: del aspecto del recinto y de la organización de sus elementos es posible inferir no solamente un personaje, sino su nivel social, sus intereses estéticos y culturales, e inclusive algunos rasgos de su personalidad.

El proceso de Fresneda es complejo y dispendioso, pues la obra no es la pintura en sí misma, sino el estudio del sitio, la identificación empática con su(s) ocupante(s), la realización de la pintura, la colocación de la pintura en el sitio, la toma de la fotografía de la obra en contexto, y finalmente la publicación del conjunto de fotografías en la forma de un libro. Es en su forma impresa en donde la obra, como conjunto, empieza a tener sentido. Para la exposición en la Alianza Francesa (que es a la vez el lanzamiento del libro) Fresneda recurre a los sobrantes de impresión que en grandes cantidades servirán para cubrir los muros, en un gesto que va un paso más allá de las acciones precedentes: la obra en el sitio deviene la fotografía de la obra en el sitio; a ella le sigue la publicación de la fotografía de la obra en el sitio, y finalmente, en una suerte de tautología cíclica, la imagen impresa de la fotografía de la obra en el sitio cubre por completo el espacio de exhibición. »Bonito« es uno de los comentarios usuales de un espectador frente a una obra cualquiera, probablemente más sincero y más visceral que la mayoría de los comentarios »cultos« que acostumbramos emitir los »especialistas«.

Fresneda ha logrado devolver al comentario banal una carga cultural fuerte, mediante una serie interminable de procesos de mediación, en la cual tenemos por momentos dificultad en situarnos. Colocar un pescado en un museo podría convertir el pescado en obra de arte; colocar un cuadro en una pescadería no convierte el cuadro en pescado, pero tal vez si su aspecto es suficientemente estudiado, haga que el cuadro se mueva en este ambiente »como pez en el agua«. Por lo pronto, ajeno a todas estas disquisiciones, el cuadro del barco sigue adornando la pescadería...

José Roca

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