índice no. 18
José Roca
Reflexiones críticas desde Colombia

29 de noviembre de 1999
El fenómeno Jacanamijoy comentarios

 + ampliar Hacía bastante tiempo no se daba un fenómeno artístico tan sorprendente como el de Carlos Jacanamijoy. En los últimos tres años ha expuesto en las galerías y museos mas importantes en Bogotá y otras ciudades - tanto en exposiciones individuales como colectivas - ha representado al país en la China, ha sido incluido en varias subastas, y en estos días fue lanzado su libro »con la asistencia del Señor Presidente de la República«, como rezaba la invitación.

Considerando que su carrera en el arte colombiano es relativamente corta (su primera exposición de importancia fue Imagen Regional, muestra de artistas de las »periferias« del mundo artístico colombiano curada por Raúl Cristancho para la Luis Angel Arango en 1995), podríamos decir que puede darse por muy bien servido. Sin embargo, el eco que ha tenido entre los coleccionistas y el público en general contrasta con la opinión generalizada de la mayoría de los artistas, curadores y críticos con los que he podido hablar, quienes consideran - en voz baja - que su obra está sobrevalorada, por decir lo menos.

Voy a tratar de analizar las razones de esta paradoja.
En primer lugar, el fenómeno Jacanamijoy se nutre de la anécdota. Al igual que en su momento Keith Haring »el graffitero del subway« o Jean Michel Basquiat (el artista outsider, torturado, que revienta el mercado), invariablemente se presenta a Jacanamijoy como el indígena que pinta su mundo personal y mágico, el »Roda de la selva« como le oí decir a un comentarista en una ocasión. Esto no es muy diferente de lo que está sucediendo con el joven artista paisa Freddy Serna, (que se ha ganado el mote de »el Monet de las comunas«), quien pinta el paisaje urbano de las zonas periféricas de Medellín visto desde la altura de su barriada. Esta forma como se le presenta, además de ser reductiva, es parcialmente falsa.

Jacanamijoy no es un autodidacta que surge de las profundidades de una tierra inexplorada; se formó en la tradición del arte y en particular de la pintura occidental en la Universidad Nacional de Bogotá, y está bastante integrado a la vida urbana: vive y trabaja en Bogotá, y no expone (que yo sepa) en su comunidad - y si esto se diera habría que cuestionar el significado que la noción occidental de Arte pueda tener en un contexto como el de la comunidad Inga. No; Jacanamijoy es un (buen) pintor de academia, que pinta para el medio artístico más convencional. En su familia hay connotados profesionales en diversas áreas del saber, incluso un Senador de la República. Esto no le resta mérito: simplemente conviene aclararlo, pues a menudo se le presenta erróneamente como un artista »en bruto« (según la definición de art brut acuñada por Dubuffet, una persona que realiza un trabajo que puede considerarse artístico a pesar de carecer de formación para ello).

Una de las razones para que el nombre de Carlos Jacanamijoy se haya convertido en una referencia popular se debe a que le fue negado el ingreso a Inglaterra debido a la decisión de un funcionario de inmigración (en un claro signo de racismo, dado que Jacanamijoy tenía todo en regla y solamente deseaba conocer ese país), pues a raíz de esto se formó un pequeño escándalo que fue recogido por varias revistas (Cromos o Semana, no recuerdo), y significó una entrevista con Darío Arizmendi. Esto lo catapultó hacia la esfera pública como casi nunca sucede con un artista tan joven.

Pero más allá de la anécdota y del aspecto publicitario, pienso que el fenómeno Jacanamijoy se sustenta en una circunstancia política: este momento de fin de milenio, en el que el multiculturalismo valida otras etnias y sus historias y en donde se ha tomado conciencia sobre la necesidad del respeto por el otro, está maduro para mercadear la diferencia. Las malas conciencias colectivas - resultado de años de expoliación y discriminación de las comunidades indígenas - han encontrado en la obra de Jacanamijoy una vía para su expiación; Jacanamijoy provee una salida digna a este problema, validada socialmente por el mercado, que le ha abierto sus puertas de manera generosa.

En cuanto al artista mismo y a su obra, debo decir que la percepción que tengo de Jacanamijoy es de alguien ajeno a lo que le está pasando. Sincero en su trabajo (aunque los volúmenes de producción que exige el mercado se hagan evidentes en la creciente uniformidad de sus pinturas), sigue desarrollando incólume su obra: grandes campos de color que sugieren húmedas y enrarecidas atmósferas, surcados por gestos pictóricos - que recuerdan vagamente la serie de las »Montañas« de Roda - en los que cada cuadro es muy similar al anterior y en donde la noción de riesgo - necesaria para el desarrollo de todo artista - parece no existir. Durante la exposición en la Luis Angel Arango (cuando Jacanamijoy era todavía desconocido inclusive para la comunidad artística) visité su estudio de La Concordia junto con otra persona y vimos una gran parte de su primera obra, en su mayoría pinturas de mediano formato de gran belleza y colorido.

Al salir, mi acompañante me comentó que ante una obra de tan pareja calidad era difícil decidir cual adquirir. En ese momento me pareció esa circunstancia una virtud: hoy en día tengo la impresión de lo contrario.

José Roca
inicio
  Comentarios

Alejandro Ospina   (1° de diciembre, 1999)

Liliana Villa   (13 de diciembre, 1999)

José Roca: Respuesta a Liliana Villa   (13 de diciembre, 1999)

Si desea recibir esta columna quincenal por correo electrónico, comuníquelo a la dirección:   columnadearena@egroups.com

 índice



©  José Roca

Presentación en internet: Universes in Universe - Gerhard Haupt & Pat Binder
Veáse nuestro directorio de arte de Colombia