índice no. 13  -  Comentario

27 de abril de 1999

Transmito el texto de Lucas Ospina. Tiene razón Ospina en su comentario, pues queda la sensación que estoy diciendo »zapatero a tus zapatos« (en este caso, »sastre a tus trajes« sería más adecuado). No hay tal. Como se puede ver en artículos que he escrito sobre temas relacionados con la curaduría y la crítica (particularmente la Columna sobre el Salón Nacional), creo firmemente en la transterritorialidad en el ejercicio del arte contemporáneo y en el ejercicio de su crítica. Lo que me exaspera es una crítica ejercida desde territorios de poder asociados con esquemas hegemónicos, los cuales no intentan una adecuación mínima en el momento de abordar un problema complejo como lo es el arte contemporáneo: antes de escribir el artículo (y a veces, inclusive antes de ver la exposición) ya saben que no les va a gustar. Y esto incluye a no pocos »críticos« de »nuestro« gremio.

José Roca


Lucas Ospina

I) Respuestas a Jonás
II) Inquietudes a José Roca

I)
Me parece que el comentario de Jonás Ballenero (ahora sí lo nombro asumiendo su nombre como un nombre y no como un seudónimo) es conciso y suficiente para saldar cierto aspecto de este debate. Jonás hace algunas preguntas que pienso responder (no se si para ampliar o dar fin al debate).

1. »¿lo que vemos es arte, o no?«

Cuando me encuentro con este tipo de interrogante respondo de tres maneras (todas ellas profundamente superficiales):
Respuesta A.: ¿Si esto no fuera arte entonces qué vendría siendo?
Respuesta B.: Arte es todo aquello que se considera como tal.
Respuesta C.: (mirando una obra específica) Alguien tenía que hacer esto.

2. »¿Con qué criterios la organizó? ¿Cómo realizó las invitaciones a los participantes?«

Criterios. A veces es probable ver a un notable artista abstracto vestido con unas combinaciones de ropa poco afortunadas. A veces es probable ver a un artista bien vestido realizando unas obras de arte poco afortunadas (aquí valga recordar esa frase de Santiago Cárdenas, donde palabras más, palabras menos decía: »Es mejor vestirse como un ejecutivo y pintar como un artista, que vestirse como un artista y pintar como un ejecutivo«). Los criterios pueden referirse a ese »imperio de lo efímero« que se ha tomado todas las esferas del mundo contemporáneo. Un mundo, donde todo es sospechoso, pues aunque cierta propaganda de una bebida gaseosa nos diga: »la imagen es nada, tu sed es todo«, esta frase termina conviertiéndosenos en una imagen. En un principio, el criterio de la exposición consistía en ver que se hallaba debajo del umbral (el distrito ha puesto esta palabra de moda) marcado en el cruce de las palabras arte y moda. Luego, con el encuentro de la fábula »El traje del emperador« se esperaba ampliar el posible espectro de moralejas. ¿Los artistas son tan granujas como los sastres? ¿Solamente aquellos dignos del arte contemporáneo pueden entenderlo? etc,etc.

El criterio, tenía una ambición igualmente proporcional a la ambición de los sastres de la fábula, planteaba cubrirlo todo (o descubrirlo todo). Las invitaciones, incluían un breve texto con mínimas explicaciones (anexo al final de este texto), una copia de la fábula, y dos imágenes: una, un grabado de una camisa de fuerza (tal vez la ropa que corresponde al mito del »artista-loco«), y la otra imagen, un dibujo esquemático de siluetas de mujeres donde se analiza la relación faldas largas-estrechéz económica y faldas cortas-bonanza económica.

La lista de invitados era larga y variada, con decirle que hasta incluía peluqueros ...

II)
Una vez publicado su texto »Columna de Arena: Para abrir un debate« en la Revista El Malpensante, es tiempo de plantearle a través de este foro algunas inquietudes.

Con cierta malicia, se podría inferir que su artículo intenta establecer unos límites gremiales al asunto de la escritura sobre arte. El »mensaje« ,de manera algo burda, se podría transmitir de la siguiente manera: »¡Oh! ¡Ustedes escritores dedíquense a sus asuntos, que nosotros los artistas y críticos de arte nos dedicamos a los nuestros!«.

Puedo intuir algunas actitudes en ambos bandos, por un lado, cierta parte del gremio de los escritores, con una gran afinidad por la narrativa puede preferir un arte más textual, más cercano a la noble tradición de la pintura, donde la pincelada y el color encuentra un asidero confortable, un paralelismo fiel a la palabra escrita. Por otro lado, estaría el gremio artístico, para el cual el dilema ya no estaría en pintar o en no pintar, sino en desarrollar ecuaciones que se alejan cada vez más de las operaciones cotidianas (a veces lo hacemos por necesidad, a veces por moda, a veces de manera naïve). En una fábula, alguna vez escrita, comparaba el arte contemporáneo con las matemáticas, pues aunque todo el mundo sabe sumar, restar, dividir y multiplicar, aquellos que visitan frecuentemente el abismo de los números, inevitablemente terminan adentrándose en operaciones más complejas y por lo tanto lejanas a los usos cotidianos (tal vez la importancia radicaría en nunca dejar de asombrarse por una suma simple, por ejemplo, un 2 más 2).

Me parece que para ser justos, y si la idea es hablar de la crítica de arte, su comentario se podría ampliar a »nuestro gremio«, es decir a aquellas personas que escriben sobre arte y que se ubicarían dentro del »mundillo del arte«, pues así como las opiniones expresadas en la Revista El Malpensante pueden causar cierto escozor (por no hablar de las ilustraciones que a veces se utilizan), muchos de los comentarios y actitudes de »nuestros« comentaristas del arte no deberían quedar impunes.

Lucas Ospina

Anexo

»¡Pero si no lleva nada puesto!« - dijo una niña -. Exposición El Traje del Emperador. la galería desnuda.

1. En apariencia todo está en la mirada.
2. Siendo la galería vacía un espacio desnudo, podría decirse que el arte da un vestido a las ideas.
3. Lo estamos invitando a participar en una exposición ubicada en el cruce de las palabras »arte« y »moda«.
3.1. Una muestra donde sea posible ver el aspecto literal del asunto viendo prendas alteradas por la presencia de la galería, o que pueda llegar a plantear que la ropa destinada para una galería sean pinturas.
3.1.1. El arte no son solamente pinturas. La moda no es solamente ropa.
4. El gesto en una costura.
5. El título »El Traje del Emperador« hace directa referencia al cuento infantil.
5.1. Se espera que mediante este cuento se tejan posibles conjeturas sobre las relaciones de la obra de arte, el artista y el público.
6. La exposición contará con una estructura propia, es decir que a las piezas dadas por los participantes se sumarán elementos que den un cuerpo al evento.
6.1.Una pasarela será el medio de acceso a la sala principal de la Galería.
6.2.Una cobija de tigres de San Victorino, la zapatilla de la Cenicienta, un marco desnudo, fotos de la inauguración y de el vestir público asistente; el traje azul de Mónica, una camisa china, un traje de la Plaza España, la costura sobre una herida, la funda de un carro, un sombrero roto.
7. Serán invitados a participar artistas de diversas edades y procedencias. También se escogerán personas de otros gremios que puedan dar desplazamientos particulares a la muestra (diseñadores de modas, arquitectos, escritores, etc.).
8. En la exposición las obras serán como piezas de una colección.
8.1. ¿La Colección del Emperador?
8.2. La obras deberán ser entregadas en las oficinas de la Galería los días 1,2 y 3 de Marzo de 10a.m. a 4:30 p.m. Dirección Carrera Séptima Calle 26. Tel/FAX: 2 84 52 23. 8.3.
En caso de estar interesado, pedimos confirme su participación.
La invitación podría ser un pañuelo.
9.1. La inauguración será el día Viernes 5 de Marzo a las 7 p.m. 10. Informes: 10.1. Mariangela Méndez 3 41 84 62. 10.2.! Lucas Ospina 033 3 42 08 47.


Sus comentarios pueden mandar directamente al eMail: columnadearena@egroups.com

 Columna 13



©  Texto: Lucas Ospina, Columna de Arena: José Roca

Presentación en internet: Universes in Universe - Gerhard Haupt & Pat Binder
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