índice no. 11  -  Foro Salón


Contribuciones a la discusión del Foro Salón
A continuación transmito las participaciones de ocho alumnos de la cátedra »Acciones y lugares« que imparte la artista María Teresa Hincapié en la Universidad de Los Andes. Dado que no hay una declaración de intenciones por parte de Maria Teresa, intuyo que han sido participaciones espontáneas de los alumnos y no una posición colectiva, aunque en la mayoría de los escritos se siente un tono fuertemente marcado por el pensamiento teórico de Suzi Gablik y de la propia Maria Teresa Hincapié.

José Roca
Santiago Calle Vélez

María Claudia Bernal

Alberto Lezaca

Kamil Luna

Paola Sinisterra

Carolina Ramírez E.

Patricia Panqueva

Paola García Catillo

(01 de marzo de 1999)

Santiago Calle Vélez

yo creo que un salón nacional de artistas debe ser un proyecto constante de urbanismo, que no debe ser solo uno sino que deben estar repartidos por toda la ciudad (ya que el arte es un reflejo de la vida, tendría que reflejar también los diferentes estilos de vida que hay en la ciudad). Igualmente cada salón tendría que tener espacios separados para cada artista, ya que el arte, a mi modo de ver, es muy individual. Este salón nacional de artistas tendría que ser como es una iglesia, un cai, un centro comercial; parte de nuestra comunidad.

El arte presentado en este lugar deberá ser evaluado por un director del lugar, alguien que haya dedicado toda su vida al estudio del arte y de otras ciencias, un hombre sabio. Alguien que nadie considere un ignorante en cuanto al arte, alguien de mente abierta pero rígido a la vez, alguien responsable que entienda pero que no deje que el salón sea un lugar fácilmente »invadido« por la comercialización, es decir, que no sea una galería, que sea un centro de conocimiento.

El arte es el lenguaje que nos permite comprender y aprender de los demás.

María Claudia Bernal

Tal vez estamos cansados del arte en galería, en un aula encerrada y de difícil acceso para el 90% de las personas; por eso ya no seria un salón nacional de artistas, sino un día nacional de arte; En el que fueran dado todo tipo de permisos por la alcaldía y de cosas burocráticas para poder sacar el arte a las calles: los cuadros en parques, sobre los buses de servicio publico, en los andenes, en vallas, acciones involucrando permanentemente a todo el que pase, videos haciendo olvidar los trancones, etc.

Estamos cansados de la rosca del arte, de los mismos de siempre y de quienes por haber adquirido un nombre ya solo hacen arte por hacer algo, ya no vibran, ya no sienten. Hay que sacar el arte de donde se esta muriendo, hay que confrontar con el entorno lo que hacemos.

Alberto Lezaca

Una reunión de artistas en un mismo espacio donde se fomente el dialogo y el encuentro de diferentes visiones del arte. Un lugar independiente donde el incentivo sea el desarrollo del arte y no la búsqueda vacía de reconocimiento y fama. Es tal vez lo ideal para un salón nacional de artistas.

Desafortunadamente nada de esto se cumple. La dependencia hacia un estado desinteresado en cuanto a políticas culturales reales y con el único interés de justificar su inversión en un magno evento, que desconoce hasta el mas mínimo detalle de lo que puede ser la apreciación del arte, deja al evento abandonado a su suerte.

La gran cantidad de obra expuestas no permite una verdadera apreciación por parte del publico. Los ejercicios temáticos a los cuales son sometidos los artistas, limitan la creación artística y crean líneas y estilos que vician rápidamente a los artistas jóvenes.

La falte de una critica apartada de »amiguísimos« y compromisos, no permiten reflexiones serias acerca del fenómeno artístico en Colombia. Sumado a todo esto el bajo nivel cultural del colombiano y la confusión entre arte y entretenimiento hace que el salón nacional de artistas sea un evento mas, sin ningún tipo de relevancia e importancia.

Tendríamos que preguntarnos que tan culpables de todo esto son los artistas?, y si no son ellos los encargados de darle el lugar que se merece el arte en nuestra sociedad. Tal vez fomentando y apoyando muestras y encuentros de menor magnitud pero con mayor calidad artística. Dejando de creer que el estado es el encargado de generar los espacios para el arte y que gracias a su intervención el arte se podrá desarrollar.

Es importante entender el arte como un problema comunicativo, que necesita estudiar a quien va dirigido y de esta manera poder apropiarse de espacios con mayor posibilidad de difusión como es la radio, la televisión, e internet.

Finalmente se podría decir que »la muerte del arte« es culpa de los artistas, los cuales deslumbrados con la fama y el facilísmo, se convierten en un comerciante mas al cual solo le interesa que su producto pueda competir en cualquier mercado.

Kamil Luna: El arte no es cuestión de feria

Si nos remontamos a los orígenes del arte, las primeras representaciones con algún posible y/o discutible valor plástico vendrían siendo las pinturas de los cazadores y sus presas en las cavernas hechas durante la edad de piedra. Lo interesante aquí es notar que el arte surge entonces como algo íntimamente ligado en su esencia a lo religioso. El propósito de estas pinturas rupestres no era el de resultar gratificantes al espectador, sino que servían a manera de rito para asegurar una buena caza. Se suponía que al capturar la imagen del animal, su espíritu se doblegaría mas fácilmente ante el del cazador y por ende sabría morir en el momento adecuado. El arte continuo durante mucho tiempo ligado a esta religiosidad y a esa espiritualidad. El arte estaba cargado de misticismo y de pasión. Entonces me pregunto porque ahora el arte se expone en un sitio como corferias? La respuesta es que en los últimos dos siglos hemos sufrido una banalización del arte, el carácter sagrado y místico del cual había estado imbuido ha sido desechado por la inmensa mayoría de los artistas, hasta cierto punto entonces es culpa de los mismos artistas el que el arte se exhiba como si fuera cuestión de mercado, como si fuera algo totalmente banal y la razón es que los mismos artistas se han encargado de desacralizarla y banalizarla.

Por otro lado, el arte se ha vuelto una cuestión de élite, no son muchos los que se pueden parar frente a un collage de Picasso y entender las relaciones de carácter semiológico que pretende hacer este en su obra al plantear y hacer relaciones de carácter estrictamente plástico como parte de una investigación dentro del campo de las artes. y en esta especialización del discurso de las artes, parecería que el arte fuera algo distante y difícil de entender cuando en verdad no lo es, lo que acarrea que la gente no se acerque mucho a los espacios provistos para el arte.

Supongo que volverlo cuestión de feria es un intento casi irrisorio de acercar a la gente mas al arte, pero a mi manera de ver, resulta algo infructuoso ya que aunque asista gran concurrencia al evento, la gente no tiene las herramientas para entender este lenguaje y por ende sale pensando que todo es basura y que hacer arte es cualquier cosa, de ahí que nazcan afirmaciones erróneas de que toda mancha es arte abstracto y que toda acción es un performance. Aunque supongo que algún individuo pueda ser víctima y sujeto de una revelación y esta aproximación a las artes lo lleve a querer indagar mas.

Paola Sinisterra

El salón nacional de artistas no lo conozco pro si tuviese que imaginarlo persona, seria una persona closet, sembrada de infinitos cajones para cada categoría de pensamiento, de expresión, de miedo, de esperanza, de búsqueda. Seria así un hogar de caminos casi convergentes en búsqueda los unos de los otros, en perdida los unos de los otros. Si fuese persona seria dinámico, seria vida; porque el arte no es solo color y pares y tacto y vista sino que es en esencia vida-dinamismo.

Corazón latiente, organismo danzante, el salón de artistas seria escenario de rituales tan personales, tan individuales; seria escenario donde la obra hablaría de si misma y mas que ser espectadores pasivos, los artistas y los visitantes serán actores dinámicos. El salón-persona no esta inerte, la respiración, el movimiento
L a   A C C I O N
Hacen de este ser una carrera con el tiempo, un espejo de lo exterior, de lo universal, de lo no-tan-universal como una persona ideal el salón es holístico, abraza todo un mundo, es abierta de mente y corazón, es pura, mediante y en paz es closet, es mundo, es un
T O D O.

Carolina Ramírez E.

...en cuanto al lugar, no pensaría en cuartos con paredes blancas, me iría con otros espacios que para mi tienen mas vida, por ejemplo, si fuese en Bogotá, escogería el jardín botánico, o algún parque muy grande, un lugar en donde hubiera vegetación. Claro que también debo pensar en las obras que son muy urbanas y que requieren de un espacio mas gris, pero se podría mezclar. El lugar también depende de el concepto, el tema que vaya a haber en el salón, si, pondría algún tema, y el lugar le podría hacer combinación o contraste a dicho tema.

Exigiría que los artistas estuvieran permanentemente en el salón, así este tuviera que ser mas corto, pero que el publico se relacionara con los artistas. Pienso que ya hay una relación indirecta en el momento en el que el espectador ve la obra pero al hablar de una relación personal, aclaro a que no me refiero a que los artistas expliquen sus obras, sino que vean las reacciones del publico pues para mi eso es muy importante. También si van a hacer un performance, repetirlo muchas veces en un día. A mi me desagrada es un letrero de una obra que es una performance, y pregunto, y resulta que no, que ya lo hicieron, que lo repiten pasado mañana.

Principalmente eso, la presencia de vida en el salón, que se vea actividad constante, sonidos, tal vez música, plantas que decoren el lugar (si es el caso) que entre al lugar un persona y se motive a seguir viendo.

Contrataría también guías, muchos guías, que estuvieran muy pendientes de las personas que desearan que ellos estuvieran allí, y los distribuiría por áreas, que estuvieran en capacidad de hacer una guía por todo e salón, pero que se especializaran en un área, para eso, habría que capacitarlos durante quince días mínimo. Si es una pintura, que este bien enmarcada, iluminada; si es una instalación o video-instalación, que este funcionando permanentemente, que haya dinamismo.

Todas esta ideas son algo utópicas a mi modo de verlo, pero esta seria mi meta a alcanzar dentro de las posibilidades.

Patricia Panqueva

No he asistido, vergonzosamente al salón nacional de artistas. A pesar de ello considero que en cierta medida es bueno reunir las manifestaciones de arte en un lugar y en un tiempo determinado pero sin caer en la exhibición superflua, material y/o comercialización, pues el arte va mucho mas allá en donde cada cosa, cada ser y cada acción tienen una razón de ser y por tal debe ser respetado y valorado. El lugar en donde el arte se manifiesta requiere de ese mismo respeto y valor para no convertirse en un centro de comercio sino en un lugar en donde los hombres y el arte se hacen uno, un lugar de creación.

Considero que el tiempo entre cada reunión de artistas es muy largo, pues continuamente surgen muchas manifestaciones de arte que merecen ser expuestas y así ir educando a los hombres, las personas que desean asistir a esto y que sepan respetar y valorar.

Paola García Catillo

Pienso que toda la sacralidad dentro del arte se ha perdido. El arte que se presento en el anterior salón de artistas nacionales, la mayoría de las obras, me parecieron como un arte sin sentido, sin trascendencia, no dejaba nada, no transformaba ni movía las sensaciones humanas. En este momento en realidad si lo pienso, creo que ya no recuerdo ninguna de las obras que allí se presentaron.

La trascendencia del arte se mide en su contenido, pero el contenido pienso que debe tener una sustentación física y un profundo desarrollo intelectual frente al tema al que el artista se ve a referir; en algunas de estas obras se notaba que se tomaba los temas a la ligera, no se tenían unas bases profundas sobre los materiales ni las conceptualizaciones de las materias a tratar.

El hecho de que esa exposición se hubiera realizado en corferías, creo que refuerza mi pensamiento sobre que el arte que se esta produciendo no es sacro y claro, sino contradictorio; y en cierta forma cedido a unas reglas sociales, que ni siquiera teniéndose en cuenta, verdaderamente se reflejaban en las obras, sino que hasta su profundo capitalismo fácilista, fue mostrado a medias.

De pronto podríamos decir que en esta época no hay nada que no sea perecedero o que no hay nada que decir, pero ni siquiera en este punto las obras fueron verdaderamente enfáticas.

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©  Textos: autores, Columna de Arena: José Roca

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