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Información de prensa del
Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam

(Octubre de 1999)

Desde 1984, la Bienal de La Habana ha representado uno de los encuentros artísticos más significativos en el panorama internacional.

Concebida en su primera edición para los artistas de América Latina y el Caribe, a partir de la segunda en 1986 se convirtió además en el espacio de confrontación y difusión de amplios sectores de las artes visuales de Asia, África y Medio Oriente en el que no sólo exponían artistas en ascenso junto a reconocidos nombre sino también expresiones de artesanía, diseño, arquitectura, en fin, todo lo que conforma el mundo visual en nuestras regiones geográfico - culturales.

En 1989, durante su tercera convocatoria, la Bienal de La Habana se planteó articular una estructura de exposiciones, talleres de creación y coloquios en torno siempre a un asunto central de reflexión que, en esa ocasión, resultó ser "Tradición y Contemporaneidad". Varios espacios del centro histórico de La Habana, así como de su zona moderna acogieron cientos de obras de artistas junto a curadores, críticos de arte, historiadores, directores de museos y galerías, profesores. Gran parte de la ciudad sirvió también como escenario para exponer lo mejor del arte contemporáneo cubano, en un claro interés por aprovechar la visita de tantos profesionales del mundo entero.

En 1991 se articuló el evento en torno al "Desafío a la colonización" de los lenguajes artísticos y se le rindió homenaje a cuatro grandes maestros de la arquitectura latinoamericana. En la quinta edición de 1994, la Bienal de La Habana abordó algunos de los importantes problemas que tiene hoy la mayoría de la humanidad, en cinco grandes muestras colectivas: marginaciones, migración, entornos, apropiaciones y obsesiones individuales, al tiempo que continuaba ampliándose la idea de exposiciones individuales para destacar la trayectoria de determinados artistas que habían alcanzado cierta notoriedad en nuestras regiones.

La última edición en 1997 acentuó el problema de la "Memoria" como factor esencial en la definición de identidades individuales y colectivas, ofreciendo un programa diverso de cómo es experimentada por artistas y culturas tan distantes geográficamente entre sí, tratada además mediante acciones plásticas y performances a lo largo de varios días.

La próxima edición de la bienal, prevista para noviembre y diciembre del año 2000 se propone una reflexión acerca de la comunicación y el diálogo entre los seres humanos en medio de proyectos globales económicos y resurgimiento de particularismos étnicos, religiosos y culturales que parecen acentuar cada día más las diferencias entre la variedad de comunidades y naciones en el mundo.

Séptima Bienal de La Habana

Más cerca uno del otro

Desde los rincones más apartados hasta las ciudades importantes de cualquier país, numerosos individuos, instituciones, gobiernos, envían y reciben mensajes que tratan sobre los más simples y complejos problemas. Más allá de cualquier ilusión o deseo, una gran parte del mundo moderno se halla hoy comunicada gracias a los avances tecnológicos en el campo de la información. Estamos asistiendo al nacimiento de una nueva era que ha de adquirir su rostro definitivo en el inminente nuevo siglo y tercer milenio de la Humanidad.

Sin embargo, dadas las diferencias existentes entre naciones ricas y pobres, este nivel de comunicación no se desarrolla en forma equitativa. Todavía en el mundo actual cientos de millones de personas carecen de los medios necesarios para ejercer lo que en apariencia es un derecho de todos. Por otra parte, tantos avances en materia de ordenadores, microprocesadores e informática no han logrado acercar realmente unos individuos a otros tal como se imaginó en un principio pues, paradójicamente, el hecho de contar con equipos computarizados y digitalizados aún en el interior de nuestras casas no nos ha llevado a establecer un contacto más cercano con el resto de las personas; por el contrario, en muchos casos nos ha conducido al aislamiento y la inmovilidad con tal de no separarnos ni un instante de ese hilo conductor que nos "comunica" y es parte inseparable de muchas vidas, privándonos tal vez de las fuentes tradicionales de intercambio que han hecho posible siempre estar más cerca uno del otro, dialogar cara a cara, entendernos y comprendernos mejor. Muchos hombres y mujeres padecen hoy el síndrome de la información y la comunicación que no es otro que un nuevo rostro del síndrome de la soledad.

Tanto ha sido el desarrollo a que hemos estado sometidos, que hemos terminado subdesarrollándonos en el campo de las relaciones personales. Esta paradoja contemporánea es analizada hoy por algunos sectores del pensamiento filosófico social y la cultura, preocupados por ese abismo capaz de tornarse infranqueable entre los seres humanos, cuando en realidad dichos medios modernos de comunicación debían contribuir eficazmente a relaciones más justas entre individuos, entre comunidades diversas y naciones.

Artistas que viven en naciones ricas y artistas que viven en naciones pobres han sentido las proximidades de ese abismo porque el arte tampoco ha escapado a esa sensación y certidumbre de soledad que enrarece la atmósfera actual, y hoy se sienten deseosos de romper tales barreras y tender puentes acudiendo a replantearse formas y medios que posibiliten un mejor acercamiento humano.

En varios sitios del planeta se busca reconstruir formas tradicionales y modelos perdidos de comunicación que alcanzaron los hombres aún en medio de condiciones difíciles de vida, en un intento finisecular para comprender y conocer mejor al otro y convivir en una atmósfera de respeto y paz que tanta falta hace para superar así de una vez por todas la persistente intolerancia que se ha ido consolidando como uno de los males principales de este siglo XX que amenaza con extenderse por tiempo ilimitado al siglo XXI con su secuela inevitable de conflictos étnicos, culturales y religiosos que en ocasiones desemboca en la guerra.

La Séptima Bienal de La Habana, convocada para noviembre y diciembre del año 2000 por el Centro Wifredo Lam desea reflexionar sobre esta trascendental cuestión mediante obras y proyectos artísticos que se planteen un diálogo más efectivo entre unos hombres y otros, una comunicación más eficaz para transmitir los valores auténticos de nuestras culturas, una indagación acerca de las posibilidades comunicativas entre el arte y el público, el artista y la comunidad, el artista y la ciudad, así como acerca del rol de las viejas y nuevas ciudades en la sociedad contemporánea, por el decisivo papel que desempeña la arquitectura como el marco físico ideal para favorecer las mejores relaciones entre los hombres.

EL equipo de curadores de la Bienal, como ha sido siempre su método de trabajo, seleccionará a los artistas de diferentes regiones del mundo cuyas obras abordan algunos de los problemas aquí planteados o que puedan realizar nuevos proyectos in situ en espacios antiguos y modernos previamente identificados de la capital del país. Los proyectos y obras a exhibir deben ser asumidos en su realización y transportación por los artistas o grupos invitados o por las instituciones patrocinadoras, previa coordinación con el equipo de producción de la Bienal.

Esta Bienal la percibimos como colofón de nuestros puntos de vista acerca de algunos de los principales problemas contemporáneos del hombre, los cuales han sido abordados sistemáticamente en ediciones anteriores, especialmente desde 1991.

Arte Cubano

En esta ocasión, como parte importantísima del conjunto de exposiciones, encuentros y conferencias que integrarán la VII Bienal de La Habana, queremos mostrar la obra de un grupo notable de artistas cubanos que desempeñaron un papel relevante en la segunda mitad de este siglo que finaliza. Para ello se conformará un Núcleo Histórico (con los nombres mayores de nuestras artes visuales) y un Núcleo de Jóvenes Artistas, quienes se encuentran trabajando entre nosotros. En ambos casos, coordinaremos con las instituciones cubanas vinculadas al sistema nacional de las artes plásticas y con la red de museos y galerías de la ciudad con el objetivo de convertir La Habana en un gigantesco espacio de arte cubano contemporáneo.

Arquitectura

Por otra parte dada la significación que tiene la arquitectura en la conformación de ambientes adecuados para el mejor intercambio entre los miembros de una comunidad, en esta Bienal desempeñará un papel protagónico esta disciplina técnica y social la cual divulgaremos mediante exposiciones, encuentros de arquitectos, seminarios y debates. Con especial relevancia mostraremos el proyecto de Restauración y Revitalización del Centro Histórico de la capital y las nuevas experiencias en barrios y comunidades de diversos municipios, así como de otros países.

La Ciudad de La Habana será, por tanto, sitio ideal para acoger exposiciones de artes visuales, performances, intervenciones a nivel urbano, vallas y afiches artísticos y al mismo tiempo exponerse como uno de los proyectos contemporáneos más importantes a nivel continental y universal, en materia de recuperación, conservación y diseño de un entorno más humano.

Encuentros y talleres

A su vez, el Comité Organizador propone la realización de un Taller de Grabado Contemporáneo, un Taller de Serigrafía y un Taller de Cerámica así como un Encuentro de Editores de Revistas de Arte y convocará por primera vez a sendos Encuentros de estudiantes de arte y de arquitectura, en los cuales podrán participar los centros educacionales de diversas partes del mundo que estén interesados. Como eje principal funcionará un Encuentro de Teoría y Crítica que reunirá un conjunto de especialistas para intercambiar puntos de vista sobre una amplia gama de problemas del arte contemporáneo.

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